quarta-feira, 19 de agosto de 2009

Recuerdo un milagroso instante


Recuerdo un milagroso instante:
cual una efímera visión,
apareciste tú, radiante
y hermosa como la ilusión.
En las angustias y amargura,
en el bullicio mundanal,
soñaba con tu imagen pura,
tu voz de acento celestial.
En mi destierro, cada día
penaba, lleno de dolor;
sin Dios, sin vida me afligía
sin estro, lágrimas ni amor.
Mi alma despertó vibrante:
de nuevo, cual fugaz visión,
apareciste tú, radiante
y hermosa como la ilusión.
Y ahora el corazón cantante
de nuevo late con fervor,
pues tiene vida palpitante,
Dios, estro, lágrimas y amor.

Alexandr Pushkin
1825

Um comentário: